En el mundo entero, hay un inmenso grupo de hombres y mujeres, provenientes de diferentes estratos sociales, diferentes religiones, nacionalidades, profesiones y áreas de actividad. No están instituidos objetivamente como grupo, el factor aglomerante que los une es una actitud hacia lo espiritual. Han alcanzado un grado de evolución que les hace conscientes de la unidad intrínseca a todo el universo, han atisbado aunque sea por momentos la Verdad que yace tras el mundo ilusorio de la percepción.
Conocen la existencia de hermanos Maestros, encarnados y desencarnados, que vienen guiando la evolución de la humanidad desde tiempos inmemoriales. Respetan a estos Maestros, por su tarea de servicio como guías y alumbradores del Camino hacia la manifestación del Plan de Dios sobre la Tierra. Confían en la naturaleza divina de todo lo que existe en el universo y anhelan regirse por la Ley del Amor y la Unidad. Son conscientes de sus limitaciones humanas y piden ayuda y guía a los Maestros para trascenderlas.
Con mayor o menor grado de consciencia, se ofrecen como canales de Luz, para hacer que esta llegue a todos los seres: los Grandes Maestros de la Hermandad Blanca tienen una energía tan potente que les hace imposible acercarse a los seres más necesitados, porque su nivel vibratorio es muy diferente; de ahí que necesiten hombres y mujeres de buena voluntad y voluntad al bien que estén dispuestos a ofrecerse como canales de distribución de energías atenuadas a infinidad de grados.
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fuente: sanacionpranica.com.ar